Carmen Silva

Carmen Cirila Silva (Cruz), 87, of Chicago, Illinois passed into eternal life on March 6, 2024., surrounded by her three children.

Carmen, better known as “Cambo” to close family and friends, was the third born to Jose Manuel and Maria Hortensia Cruz in San Lorenzo, Puerto Rico on March 29, 1936. Her beloved siblings, Maria Lina, Andres and Gertrudis, all preceded her in death.

Carmen’s life was defined by faith, family and hard work. From an early age, she demonstrated a keen interest in the medical field, which motivated her to pursue a career in nursing at the University of Puerto Rico. Two years into her schooling, she met Sebastian Silva, a tall and debonair member of the US military who she married in 1956. She ended her studies to devote herself to raising a family. Shortly after Maria Del Carmen’s (Carmencita) birth, Carmen and Sebastian decided to uproot their young family and move to Chicago in search of better opportunities. They settled in the Humboldt Park area where Sebastian established the Espino Club, a bar that served as a gathering place for many settlers from San Lorenzo. They had two more children, Haydee and Ivan (Papo).

Carmen dedicated her life to supporting her husband in his business endeavors and raising her children, whom she always encouraged to be good stewards of our faith. Through example, she taught them to be respectful and kind to all, irrespective of their differences and limitations. 

Carmen was a pillar strength, a source of comfort and a beacon of light for all who knew her. She was very caring, yet uncompromising and firm. Her gentle smile and demeanor quickly changed to a serious, piercing stare when challenged, a “look” much too familiar to her three children. Notwithstanding her many family and business responsibilities, she always found time to look her best while staying true to her own style. 

Carmen’s devotion to caring for others was best exemplified by her dedication to her chronically ill and bed-ridden husband for many years. She was his constant companion and sole caretaker, making many personal sacrifices to ensure his comfort until his death. 

Carmen is survived by her three children, grandsons Jonathan, Ivan Jr. and Jose, granddaughter Stephanie, multiple nieces and nephews and countless loving relatives and friends.

May her exemplary life and spirit guide us and help us find peace through the fond memories we hold dear.

 Vuela alto, Carmen Cirila!

Carmen Cirila Silva (Cruz) falleció a los ochenta y siete años el 6 de marzo de 2024 en Chicago, Illinois, rodeada por sus tres hijos.

Carmen, mejor conocida como “Cambo” entre familiares y amistades mas cercanas, fue la tercera hija nacida de   Jose Manuel (Pepe) y María Hortensia Cruz en el pueblo de San Lorenzo, Puerto Rico el 29 de marzo de 1936.  Sus queridos hermanos, María Lina, Andrés y Gertrudis le precedieron en la muerte.

La vida de Carmen se definió por la fe, dedicación a su familia y trabajo arduo. Desde temprana edad, demostró gran interés en el campo médico, lo que le llevó a ingresar en el Colegio de Enfermería en la Universidad de Puerto Rico. Después de dos años de cursar sus estudios, conoció a Sebastián Silva, un alto y gallardo soldado del Ejército americano, con quien contrajo matrimonio en el 1956.  Carmen pausó sus estudios para dedicarse a formar su familia.  Poco después de nacer su primogénita María del Carmen (Carmencita) la joven pareja salió de Puerto Rico, trasladándose a Chicago en busca de mejoras. Se radicaron en el área de Humboldt Park, donde Sebastián estableció el Espino Club, una taberna que fue lugar de reunión muy popular entre los oriundos de San Lorenzo.  La joven familia continuó creciendo con el nacimiento de Haydee e Iván (Papo).

Carmen se dedicó de lleno a apoyar a su marido en sus negocios y a cuidar de sus tres hijos, a quienes motivó a ser buenos custodios de nuestra fe. Mediante su propio ejemplo, les enseñó a ser respetuosos y bondadosos con el prójimo a pesar de las diferencias o limitaciones.

Carmen fue un verdadero pilar de fuerza, una fuente de consuelo y un faro de luz para todos que la conocieron. Fue muy bondadosa, pero igualmente intransigente y firme. ¡Su dulce sonrisa y comportamiento podía rápidamente convertirse en una seria y penetrante mirada ante un fuerte desafío, algo que sus tres hijos conocían muy bien! A pesar de la gran carga de responsabilidades familiares y del negocio, Carmen siempre encontró tiempo para lucir elegante, manteniendo siempre un estilo muy único.

La devoción por ayudar a los demás que definió la vida de Carmen se ejemplifica en la dedicación al cuidado de su marido durante el largo transcurso de su enfermedad crónica y consecuente postración.  Fue su compañera constante y principal cuidadora, sacrificándose al máximo para asegurar su bienestar hasta el día de su muerte.   

A Carmen le sobreviven sus tres hijos, sus nietos Jonathan, Iván Jr. y Jose, su nieta Stephanie, múltiples sobrinos y sobrinas e innumerables y apreciados parientes y amistades.

Rogamos que su legado nos guie perpetuamente y que las perdurables memorias de su vida ejemplar   nos ayuden a alcanzar la paz interna.

¡Vuela alto, Carmen Cirila!

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